Os habréis dado cuenta de que los mejores anuncios no son aquellos que intentan vender un producto, sino aquellos que cuentan buenas historias. Durante los últimos años se ha producido un cambio radical en el enfoque de la publicidad hasta el punto de que los publicistas actuales ya no atienden a las exigencias de los anunciantes. Su único interés es gustar al público.
¿Por qué?
Por un lado, la cantidad de plataformas y canales existentes para ver un mismo contenido han hecho que el usuario tenga el poder de decidir si quiere o no ver un anuncio. Ello ha propiciado una competencia feroz por parte de las marcas para hacer anuncios que capten el interés de la gente. Pero este hecho no explica, por sí solo, por qué la gente quiere que le cuenten historias, las cuales muchas veces nada tienen que ver con lo que se anuncia. Y es que existe un factor decisivo para que los espectadores rechacen el spot publicitario clásico, aunque éste sea muy creativo. La razón es que la gente está harta. De hecho, todos estamos saturados de tan ingente cantidad de estímulos y de publicidad creativa. Y además, y eso es aun más importante, los usuarios están cansados de que les vendan cosas. Ahora, como espectadores, cuando olemos que intentan vendernos algo lo rechazamos instintivamente. Así pues, queremos ser libres para escoger lo que vemos en los medios. Y la publicidad tradicional va precisamente en contra de ese deseo. Los anuncios nos molestan, nos imposibilitan ver nuestros contenidos porque los interrumpen. Y ahí está el quid del asunto. Ahora las marcas están intentando realizar ellas mismas el contenido atractivo. Están contando historias que queramos ver voluntariamente.
¿Qué cuentan estas historias?
Vemos que todas ellas son historias personales. Aparecen personajes exponiendo emociones cercanas que conectan con nuestras propias emociones. La marca nunca aparece como actor importante, hasta tal punto que muchas veces podrían vender otro producto distinto, adaptando un poco el guión. Pero si la historia es buena, está bien realizada y (lo más importante) emociona, entonces la historia conecta directamente con nuestro yo y nos sentimos bien. Así pues, no es extraño que Estrella Damm, haya optado este año por realizar su anuncio de verano en forma de lanzamiento de una película de 16 minutos que cuenta ya con varios millones de visitas voluntarias.